Fabrice Bernasconi Borzì

Fabrice Bernasconi Borzì es un artista italo-suizo, nacido en Ginebra en 1989. Desde 2018 vive y trabaja en Catania.
Para el artista, esta mudanza representa una especie de viaje hacia atrás, opuesto al que muchos de sus contemporáneos han emprendido: al pasar del Norte al Sur de Europa, intenta redescubrir una alteridad cultural, propia de sus lugares de origen, funcional a su trabajo artístico. Este dualismo nacional y existencial, esta doble ciudadanía, con las contradicciones que conlleva, está en la base del conflicto equilibrado entre fuerzas que su obra busca expresar.

Los elementos formales que utiliza son a menudo simples, mínimos o depotenziados, casi para subvertir lo “habitual” mediante un lenguaje paradójico y a veces provocador, de matriz dadaísta, que no rehúye el citacionismo y la apropiación. La intención es clara, ya que desarrolla una serie de preguntas sobre el sentido mismo del “hacer,” sus supuestos conceptuales implícitos y cómo todo esto es interpretado dentro del sistema artístico actual. A partir de estos presupuestos, reflexiona sobre los seres humanos y su alienación de la existencia, en una dicotomía que recoge políticamente la tradición del conflicto entre fuerzas productivas y sociales, frente a los poderes hegemónicos y capitalistas.

Su trabajo parece representar una especie de filosofía de la idiotez, cuya estructura lingüística—formas precarias y ensamblajes improvisados—es el resultado de una oximórica “disciplina de lo provisional,” que recuerda en ocasiones un cierto détournement intelectual situacionista visto desde la perspectiva procesual de un conductismo riguroso y metódico. Contradicción en términos que lo lleva a trabajar, con obstinada disciplina, sobre conceptos complejos como pérdida, precariedad y resiliencia, ocultos bajo el artificio expresivo de una ironía apenas disimulada. En estas condiciones, nihilismo e historia, derrotismo y teleología se fusionan, generando una forma de resistencia activa y catalizadora. Esta es la conjunción de filosofía y revuelta, de creencia, subversión y pertenencia. Política y poesía se manifiestan en el gesto crudo de mantener el equilibrio a pesar de la evidencia de los hechos.

Fabrice Bernasconi Borzì se considera “una esponja y un ladrón de ideas, pero que trabaja duro para ser, verdaderamente, lo que es.”